Hongos en la boca: causas, síntomas y tratamientos

¿Qué son los hongos en la boca?

Los hongos en la boca, también conocidos como infecciones fúngicas orales, son causadas principalmente por un hongo llamado Candida albicans. Este hongo es parte de la flora normal en la boca, pero en ciertas condiciones puede multiplicarse de manera excesiva y causar infecciones.

¿Qué es la candidiasis oral?

La candidiasis oral (o muguet) es la forma más común de infección fúngica en la boca y se caracteriza por:

• Manchas blancas: Aparecen en la lengua, el paladar, las encías, las amígdalas o el interior de las mejillas.
• Sensación de ardor o dolor: Puede haber molestias al comer, tragar o incluso al hablar.
• Enrojecimiento o irritación: Las áreas afectadas pueden volverse rojas o inflamadas.

Causas más comunes de los hongos en la boca:

Las causas comunes de los hongos en la boca (candidiasis oral) están relacionadas con varios factores que favorecen el crecimiento excesivo del hongo Candida albicans, que normalmente se encuentra en la boca sin causar problemas. Algunas de las causas más comunes son:

1. Sistema inmunológico debilitado: Las personas con sistemas inmunitarios comprometidos tienen más riesgo de desarrollar infecciones por hongos. Esto incluye a quienes padecen:

• VIH/SIDA.
• Diabetes descontrolada.
• Trastornos autoinmunitarios.
• Personas que reciben tratamientos como quimioterapia o medicamentos inmunosupresores.

2. Uso de antibióticos y esteroides: El uso prolongado de antibióticos puede alterar el equilibrio de la flora bacteriana en la boca, favoreciendo el crecimiento de Candida. Los esteroides orales o inhalados (por ejemplo, en el tratamiento del asma) también pueden aumentar el riesgo de candidiasis oral.
3. Mala higiene bucal: La falta de higiene adecuada, como no cepillarse los dientes con regularidad, favorece la acumulación de residuos de comida y bacterias en la boca, creando un ambiente propicio para los hongos.
4. Uso de prótesis dentales: Las dentaduras postizas o aparatos mal ajustados pueden acumular bacterias y hongos, especialmente si no se limpian adecuadamente. Esto puede causar infecciones bucales en las encías y otros tejidos.
5. Tabaquismo: Fumar afecta la salud bucal, debilitando el sistema inmunológico local y favoreciendo la proliferación de hongos en la boca.
6. Embarazo: Durante el embarazo, los cambios hormonales pueden alterar el equilibrio de los microorganismos en la boca y hacer que las mujeres sean más propensas a las infecciones por hongos.
7. Condiciones de salud preexistentes: Algunas enfermedades, como las enfermedades cardíacas o renales, y trastornos hormonales pueden aumentar el riesgo de infecciones bucales, incluida la candidiasis.
8. Alimentación desequilibrada: Dietas ricas en azúcares y carbohidratos refinados pueden favorecer el crecimiento de hongos como Candida.
9. Estrés y fatiga: El estrés crónico o la fatiga extrema pueden debilitar el sistema inmunológico y predisponer a las personas a infecciones, incluida la candidiasis oral.
10. Condiciones médicas que afectan la producción de saliva: La boca seca (xerostomía) puede aumentar el riesgo de hongos en la boca, ya que la saliva tiene propiedades antimicrobianas que ayudan a mantener el equilibrio entre los microorganismos de la boca.

Cada una de estas condiciones contribuye al desequilibrio del ambiente en la boca, favoreciendo el crecimiento de los hongos. 

Síntomas de los hongos en la boca

La candidiasis oral (infección por hongos en la boca) presenta varios síntomas que varían en intensidad, dependiendo del grado de la infección. Los signos más comunes incluyen:

1. Manchas blancas en la boca: Son la característica más notable. Aparecen en la lengua, el paladar, las encías, las amígdalas o el interior de las mejillas. Estas manchas son generalmente de color blanco cremoso y pueden tener una apariencia similar al requesón. Al frotarlas, pueden sangrar ligeramente o causar dolor.
2. Dolor o ardor: Las personas con candidiasis oral pueden experimentar una sensación de ardor o dolor en la boca, especialmente al comer alimentos ácidos, salados o picantes.
3. Enrojecimiento o irritación: Las áreas afectadas pueden volverse rojas o inflamadas. Esto es común en las encías, el paladar o el interior de las mejillas.
4. Sangrado al raspar las manchas: Al intentar limpiar o raspar las manchas blancas, puede haber un ligero sangrado.
5. Sensación de sequedad: Algunas personas sienten la boca más seca de lo habitual, lo que puede generar incomodidad al hablar o comer.
6. Pérdida de gusto o sabor metálico: La infección puede alterar el sentido del gusto, dejando una sensación de sabor metálico o extraño en la boca.
7. Mal aliento: También conocido como halitosis, el mal aliento es común en las infecciones fúngicas bucales debido a la acumulación de hongos y residuos.
8. Dolor al tragar: Si la infección se extiende hacia la garganta o el esófago, puede causar dolor o dificultad al tragar alimentos o líquidos.
9. Enrojecimiento y dolor en la lengua: La lengua puede volverse inflamada, roja y con una textura lisa, sin las papilas gustativas normales.

Opciones de tratamiento de los hongos en la boca

El tratamiento para la candidiasis oral (infección por hongos en la boca) se basa en eliminar el hongo Candida albicans y aliviar los síntomas. Existen varias opciones de tratamiento que pueden incluir medicamentos antifúngicos, cambios en la higiene bucal y el manejo de cualquier condición subyacente que esté favoreciendo la infección. 

1. Medicamentos antifúngicos:

Los medicamentos antifúngicos son la piedra angular del tratamiento de la candidiasis oral. Dependiendo de la gravedad de la infección, el médico o dentista puede recetar:

• Antifúngicos tópicos (para aplicar directamente en la boca).
• Antifúngicos orales (para infecciones más graves o recurrentes).

2. Mejorar la higiene bucal:

Mantener una buena higiene bucal es clave para ayudar a eliminar la infección y prevenir futuras recurrencias:

• Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta dental con flúor.
• Usar hilo dental diariamente.
• Limpiar las prótesis dentales o dentaduras postizas con regularidad.
• Evitar el uso excesivo de enjuagues bucales con alcohol, que pueden alterar el equilibrio bacteriano en la boca.

3. Controlar las condiciones subyacentes:

Si hay factores subyacentes que están contribuyendo a la candidiasis oral, como diabetes descontrolada, uso de antibióticos o medicamentos inmunosupresores, el tratamiento de esas condiciones es esencial para prevenir recurrencias. Esto puede incluir:

• Ajustar la medicación con el asesoramiento del médico.
• Mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control en personas con diabetes.

4. Modificaciones dietéticas:

Evitar alimentos ricos en azúcar y carbohidratos refinados, ya que Candida se alimenta de estos. También se puede recomendar una dieta más equilibrada y rica en probióticos (como yogur natural o suplementos de probióticos) para ayudar a restaurar el equilibrio de microorganismos en la boca.

5. Uso de enjuagues bucales antimicrobianos:

Algunos enjuagues bucales antimicrobianos, como aquellos que contienen clorhexidina, pueden ser recomendados por el dentista para reducir la carga bacteriana y fúngica en la boca.

6. Tratamiento de las prótesis dentales:

Si la candidiasis oral está asociada al uso de dentaduras o prótesis, es importante limpiarlas adecuadamente para evitar la proliferación del hongo:

• Remojar las dentaduras en soluciones antimicóticas o vinagre diluido.
• Asegurarse de que las prótesis se ajusten bien para evitar irritaciones.

7. Cambios en hábitos de vida:

Evitar el tabaquismo, ya que fumar debilita el sistema inmunológico y favorece el crecimiento de hongos en la boca.

Tratar de reducir el estrés, ya que puede debilitar el sistema inmunológico, lo que favorece la aparición de infecciones.

8. Tratamiento para infecciones recurrentes:

Si la candidiasis oral es recurrente, es posible que el médico realice una evaluación más profunda para identificar las causas subyacentes (como inmunodeficiencias) y ajustar el tratamiento, que puede incluir antifúngicos prolongados o cambios en el régimen de medicamentos.

Es importante que el tratamiento sea supervisado por un profesional de la salud para asegurarse de que sea el adecuado según la gravedad de la infección y las características individuales de la persona.