¿El estrés y la ansiedad afectan a nuestros dientes?
El estrés puede tener un gran impacto en todos los aspectos de la vida, pero la mayoría de las personas no se da cuenta de cuánto puede afectar también a la salud oral.
Los dientes normales y sanos deben ser opacos, pero los bordes incisales de los dientes de algunas personas se vuelven algo translúcidos, o incluso pueden llegar a acortarse y desgastarse con el tiempo. Esto se puede deber principalmente al rechinamiento de los dientes, también conocido como bruxismo.
La mayoría de las veces, las personas que rechinan los dientes o aprietan la mandíbula no se dan cuenta de que lo hacen o lo hacen mientras duermen, por lo que un protector bucal es el método de tratamiento más exitoso para proteger los dientes y evitar que se desgasten más. El desgaste excesivo de los dientes puede dar lugar a la exposición y afectación de la pulpa, lo que hace que sea necesario el tratamiento de los conductos para eliminar el nervio de estos dientes.
Otro signo común de estrés es el trastorno temporomandibular o trastorno de dolor miofascial, que presenta como síntomas clics o ruidos en la articulación de la mandíbula y dolor al abrir la boca.
El sangrado de las encías es un síntoma de la enfermedad periodontal (gingivitis o periodontitis), que puede ser causada o exacerbada por el estrés y la ansiedad. Es posible que requiera un tratamiento de las encías, como por ejemplo una limpieza profunda.
El estrés y la ansiedad también pueden provocar que los ácidos estomacales se acumulen, lo que puede llegar a provocar reflujo ácido y, en consecuencia, puede aparecer mal aliento.
Para evitar la aparición de todos estos problemas, lo primero es lidiar con el estrés y la ansiedad y, de manera secundaria, mantener una buena salud bucal cepillando los dientes dos veces al día, usando hilo dental y visitando al dentista regularmente.