¿Qué alimentos manchan los dientes?
¿De qué color son tus dientes? A todos nos gustaría responder que blancos, quizá porque tenemos claro que nuestra sonrisa es nuestra mejor tarjeta de presentación. Y no hay duda de que los protagonistas de esa primera impresión son los dientes. Una sonrisa blanca y bien alineada es una garantía de éxito y eso explica el auge de los tratamientos blanqueadores. Pero en muchos casos para conservar el blanco natural de nuestros dientes basta con una buena higiene, llevar al día las revisiones periódicas en el dentista y saber qué alimentos hacen que nuestra sonrisa se apague. Vamos a hacer un breve repaso sobre qué comer y qué evitar para mantener nuestro esmalte inmaculado.
Alimentos que manchan los dientes
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Los alimentos ácidos.
El sabor que degustamos al ingerir un zumo de naranja o un smoothie detox bien cargado de tomate es una amenaza para el esmalte si no lo sabemos contrarrestar adecuadamente. Los ácidos contribuyen a la descalcificación del esmalte dental y provocan su desgaste prematuro.
¿Cómo combatir los ácidos?
- En primer lugar, consumiendo todo tipo de frutas y verduras, no sólo aquellas que te resulta fácil exprimir o conseguir en un tetra brick.
- En segundo, combinando en la misma preparación las más agresivas, como el limón, la naranja o el pomelo, con otras que ayuden a rebajar ese nivel de acidez, como la manzana, la pera o la sandía (nada de añadir azúcar al zumo, por favor).
- En tercero, no consumiendo este tipo de bebidas a diario, mejor tomar la fruta entera, variando unas con otras, porque así no sólo se ingieren las mismas vitaminas, sino que se masajean las encías.
- Y, por último, cepillándote los dientes media hora después de haber ingerido estas bebidas de toque cítrico.
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Las frutas y verduras de colores intensos.
La remolacha, los arándanos, las cerezas, las moras, las frambuesas… sus vibrantes colores no solo nos llaman la atención en las estanterías del supermercado, también pueden manchar nuestra dentadura. Sus fuertes colores indican la presencia de pigmentos ricos en antioxidantes (lo que es bueno), pero también indican que son capaces de resistir en nuestros dientes más tiempo (lo que no es tan bueno). Después de comerlos, se impone un buen cepillado.
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Los refrescos carbonatados y las bebidas energéticas.
Los primeros desmineralizan el esmalte y, además, no aportan nada a la dieta, están completamente vacías de nutrientes, pero, además, suponen un riesgo para el esmalte. Si puedes, evítalos o limita su consumo y enjuágate la boca después de beberlos. Las segundas, además de todo lo anterior suelen poseer una cantidad de azúcar desproporcionada y un alto contenido en ácidos lo que no solo apaga tu sonrisa, además incrementa el riesgo de padecer caries.
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Algunas salsas.
Salsa de soja, ketchup, vinagre de Módena y demás salsas de colores intensos deben ser consumidos con moderación, porque tras su fuerte coloración se esconden agentes que pueden generar manchas en tu esmalte dental (además de que, aunque no lo creas, contienen azúcar).
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El café y el té.
Puede que te resulten imprescindibles para levantarte por las mañanas, pero ambos manchan el esmalte dental. Si no te ves capaz de decirle adiós a tu taza de té diaria, escoge el té verde (sin azúcar), que es el menos nocivo porque posee menos taninos. Los más peligrosos para el color de tu esmalte son el té negro y el rojo. En cuanto al café contiene una alta concentración de cromógenos (unas moléculas intensamente pigmentadas que se adhieren al esmalte dental afectando así a su color) capaz de variar la coloración natural de tu dentadura.
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El vino.
Ni tinto ni blanco, ninguno de los dos se libra. El ataque del vino sobre el esmalte es doble: por la acidez que provoca su alta concentración de taninos y por la de los cromógenos. La fuerza combinada de las dos sustancias oscurece cualquier esmalte.
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Y algo que no es comida: el tabaco.
La nicotina oscurece el esmalte y mancha los dientes, provocando enfermedades en las encías y pudiendo ocasionar la pérdida de los dientes a largo plazo. Además, estimula la pérdida en la permeabilidad de las mucosas, disminuye la oxigenación y da lugar al envejecimiento prematuro tanto de los dientes como de los tejidos que los rodean. Es difícil tener una sonrisa sana y juvenil cuando se es fumador… un buen motivo para dejar de fumar.
Alimentos que “blanquean” la sonrisa
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La manzana.
De todas las frutas es la campeona. Su textura favorece la limpieza de los dientes y favorece la secreción de la saliva, lo que ayuda a neutralizar los ácidos que atacan el esmalte. Otras aliadas del mundo vegetal son la coliflor, las judías verdes… y, en general, las frutas y verduras ricas en fibra y que crujan al morderlas como el apio o los rábanos.
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Los lácteos.
El ácido láctico que poseen el queso y el yogur natural sin azúcar ayuda a equilibrar el pH de la boca evitando que se desarrollen las bacterias causantes del deterioro del esmalte dental. Además, aportan calcio, el mineral amigo de nuestra salud dental.
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El chocolate negro.
No lo uses como excusa para darte carta blanca, pero el chocolate sin leche, con una alta concentración de cacao (del 70% en adelante) es bueno para el esmalte dental. Contiene una sustancia llamada teobromina que no solo lo fortalece, sino que impide que las bacterias produzcan el ácido que ataca el esmalte. Si quieres darte un capricho, que sea una onza de chocolate negro.
Esperamos que estos consejos te sirvan para que mantengas el color ideal de los dientes. Y si quieres más información sobre el tema tenemos también en nuestro blog artículos sobre cómo fortalecer los dientes y sobre los mejores y peores alimentos del verano para tus dientes. ¡Buen provecho!