Razones para usar brackets de porcelana
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Los brackets de porcelana están fabricados de un compuesto cerámico a diferencia de los brackets convencionales que están fabricados de metal, lo que significa que pueden ser transparentes o del color de los dientes en lugar de metal brillante. Esta diferencia ayuda a que los brackets sean menos visibles para los demás.
Características de los brackets de porcelana
Su principal ventaja es que son más estéticos, proporcionando un aspecto más agradable y menos llamativo, especialmente desde la distancia. Pero el uso de este tipo de brackets tiene algunas desventajas de tratamiento y coste.
En cuanto al tratamiento, su resistencia a la tracción es mayor que en los brackets metálicos, provocando que sean más frágiles. Esto puede provocar una mayor incidencia de roturas durante el tratamiento y los inconvenientes asociados que eso implica.
Esta fragilidad también provoca que el tratamiento sea más largo que con los brackets metálicos, ya que será necesario utilizar fuerzas más ligeras, lo que significa que los dientes se moverán más lentamente.
Principales inconvenientes
Otro de sus principales inconvenientes es que los tratamientos con este tipo de brackets es más costoso por:
- el coste de los brackets, el cual es más elevado en comparación con los brackets metálicos
- el tratamiento con este tipo de brackets implica más tiempo y mayores dificultades como es el inconveniente de tener que reemplazar brackets rotos.
En la elección de este tipo de tratamiento debe primar la estética y hay que saber que son una alternativa más rentable a otro tipo de tratamientos de ortodoncia estéticos como son la ortodoncia lingual o la ortodoncia invisible con férulas transparentes removibles.
Recomendaciones
La revisión con un ortodoncista u odontopediatra, es recomendable a partir de la erupción del primer molar, es decir, 6 años.
Si tras una primera consulta con el ortodoncista o el odontopediatra se llega a la conclusión de que este tipo de tratamiento es necesario, éste se realizará en dos fases.
Primera fase
La primera fase comenzará de inmediato, mientras que el niño todavía tiene la mayoría de los dientes de leche en boca.
Englobará como objetivos, conseguir una masticación correcta, corregir hábitos orales dañinos, evitar el desarrollo de un problema e interceptar un problema en el desarrollo del niño.
También se guiará el crecimiento de los huesos de la mandíbula y del maxilar que sostienen los dientes, para que estos erupcionen en una posición correcta.
Segunda fase
La segunda fase se llevará a cabo a medida que el niño vaya creciendo, en el momento apropiado determinado por el propio crecimiento y las necesidades correctivas dentales.
La segunda fase está diseñada para mover los dientes permanentes a sus posiciones finales, mejorando así su funcionalidad y la apariencia facial del niño.
Tiempo de duración
En definitiva, el tratamiento ortodóncico y el crecimiento del niño están destinados a complementarse entre sí. Por ello, sincronizar el tratamiento con las etapas de crecimiento y de desarrollo dental de niño, puede aliviar tratamientos más drásticos e invasivos en el futuro.
Respecto al tiempo, cabe destacar que cada caso es diferente y dado que la evolución depende de diferentes factores como el propio crecimiento del niño o su colaboración para con el tratamiento en sí, la estimación es complicada. Aún así, lo normal es que la primera fase dure de 8 meses a año y medio, y la segunda fase de año y medio a dos años y medio.